lunes, 4 de abril de 2016

MARZO

MARÍA DEL CARMEN DÍAZ BLANCO Y SU NIETA, LUCÍA CORTINA, DE 3º A




Texto escrito por Lucía Cortina y Esther Díaz, acompañante.  


         Este martes 22 de marzo, mi abuela María y yo dimos una hora de PLEI para el alumnado del grupo de 1º de ESO B, en la biblioteca de El Coto.

Empezamos con una ronda de cuestiones a mi abuela sobre sus experiencias en esa vida tan dura que llevó. Nos contó que nació en un pueblo cerca de Pola de Siero, y que trabajaba ordeñando vacas, y también en casa, donde se dedicaba a las faenas domésticas.

Una de las preguntas fue:  “¿Qué son tus nietas para ti?”; a lo que ella contestó: “Mi vida entera”.

Mi abuela y yo leímos un total de tres cuentos, que se podían leer en un power point.


El primero fue Dayoub, el criado del rico mercader. Un criado le pide a su amo un caballo para huir a la ciudad de Ispaham ya que la muerte le persigue. Nadie le quiere ayudar excepto un comerciante que le protege dándole cobijo en su tienda de espejos. La muerte se confunde y coge el reflejo del criado y no a su persona, por lo cual se salva.

Después de la lectura, hicimos una serie de preguntas; “¿cómo logra engañar a la muerte?” y “¿qué dos personas ayudan al criado?”


El segundo, Los dos reyes  y los dos laberintos. Un rey de oriente invita a otro a un laberinto que ha construido; lo encierra dentro y le hace pasar un mal rato. En venganza, este le lleva a un laberinto del cual no podrá salir nunca: el desierto.

Preguntas: “¿Has estado alguna vez dentro de un laberinto?” “¿Por qué el desierto puede ser un laberinto?”;  y “¿qué desiertos conoces?”

Y por último, El ratón de campo y el ratón de ciudad. Este último fue el que más les gustó al alumnado de 1º. Se trataba de dos ratones, el ratón de ciudad y el ratón de campo, su primo.  El de ciudad invita a su primo a su casa para enseñarle cómo vivía de bien y los manjares que comía. Pero al ratón de campo no le gustaba, ya que prefería una vida más sencilla y con menos peligros.

Las preguntas para este cuento fueron: “¿Qué representa el ratón de ciudad? ¿Y el de campo?”  “¿Con qué ratón te identificas?”


Tras acabar la lectura, mi abuela y yo recibimos un fuerte aplauso por parte de los alumnos y profesoras.